En menos de un año de trabajo coordinado entre pacientes, personal, directivos y organismos de prevención de las adicciones, el Hospital Subzonal Especializado Dardo Rocha de Uribelarrea logró reducir radicalmente el consumo de cigarrillo entre sus internos. A principios de 2021, 40 % de los pacientes era consumidor activo y permanente de tabaco y en la actualidad esa cifra se redujo a un 3 % según los datos presentados por el director, Guillermo Sperr, en el Congreso Provincial de Salud realizado la semana pasada en Mar del Plata.
El abordaje realizado en Cañuelas es un trabajo pionero entre las instituciones psiquiátricas de la Provincia de Buenos Aires, e incluso del país, donde el alto consumo de tabaco es moneda corriente.
En diálogo con InfoCañuelas el director del hospital de Uribelarrea, Lic. Guillermo Sperr, explicó que cuando asumió la conducción del Dardo Rocha, en 2020, le llamó la atención un dato del presupuesto: que el 25 % de la partida para medicamentos, descartables y artículos de aseo se gastaba en la compra de cigarrillos para los pacientes, algo paradójico en una institución de salud.
“En muchas instituciones hay un acompañamiento al usuario que fuma, pero acá teníamos un consumo muy alto que alcanzaba al 40 %. Desde un principio la idea fue no prohibir el cigarrillo, pero establecer normas y que el que quisiera fumar se comprara los cigarrillos con el dinero de su pensión. Lo que buscamos transmitir es que el uso del cigarrillo no puede ser algo natural y normal; y que no se puede fumar en todas partes” explicó Sperr.
Contrariamente a lo que podría pensarse, no fueron los pacientes sino el personal los que al principio opusieron mayor resistencia a la erradicación del “pucho”. “Cuando le preguntábamos al conjunto de los trabajadores, el 70 % pensaba que estaba bien que los pacientes fumaran y otro porcentaje elevado creía que era imposible cambiar eso por los problemas que podría generar. Había un preconcepto erróneo de que el cigarrillo controlaba ciertas conductas o calmaba la ansiedad, cuando no necesariamente era así. Muchos de los que fumaban lo hacían por imitación”.
Fue así como en los inicios de 2021 se armó un equipo integrado por psicólogos, terapistas ocupacionales, etc. más los especialistas de los programas provinciales de prevención de adicciones, como el CPA. “En la Provincia tenemos una ley que prohíbe fumar en espacios cerrados y que sin embargo habilita el cigarrillo en el interior de cárceles y hospitales como el nuestro. Hicimos una especie de enmienda de esa ley y armamos áreas de fumadores. Todo ese trabajo más la suspensión de la entrega libre de cigarrillos logramos bajar de un 40 % de usuarios que fumaban a un 3 % que tiene una adicción muy aguda y que decidió continuar con el hábito, aunque adaptándose a las normativas que establecimos por asamblea”.
Sperr destaca que esta importante reducción del tabaquismo es uno de las tantas mejoras que impulsó dentro de la institución. “Cuando llegué a este lugar me encontré con mucho abandono de los pacientes, tanto en la parte clínica como psiquiátrica. Hay que tener en cuenta que en estos centros la mayoría padece obesidad e hipertensión. Desde un primer momento empezamos a generar actividades, como educación física; tenemos kinesiólogos que empezaron a hacer caminatas; hay talleres de huerta y de arte… La idea es profundizar todas estas cuestiones y revertir la lógica del manicomio”.
El resultado del proyecto fue presentado el viernes 22 de abril en el Congreso Provincial de Salud realizado en Mar del Plata, organizado por el Consejo de Salud Provincial (COSAPRO). Sperr concurrió acompañado por el subdirector y concejal Leonel Fangio. Tras exponer los resultados, los representantes de varias instituciones del ámbito público se mostraron interesados en replicar este plan de abordaje.
EXTERNACIÓN DE PACIENTES
Otra de las audaces iniciativas impulsada por Sperr es la externación o desinstitucionalización de aquellos pacientes que se encuentran en mejores condiciones para vivir con autonomía.
Es así que el año pasado se alquiló una vivienda de Uribelarrea donde viven cinco usuarios; y la semana pasada se logró que otros cinco comenzaran a vivir por su cuenta en una casa alquilada en Cañuelas.
En ambos casos los pacientes se deben hacer cargo de pagar el costo del alquiler con el dinero de sus pensiones; en tanto que el Hospital los sigue asistiendo con un cuidador permanente y visitas domiciliarias de médicos y psicólogos.
“Al principio esta iniciativa también fue muy resistida por el personal, no hay que olvidar que venimos de 58 años de institucionalización. Es como que todo el mundo espera que los pacientes pasen su vida y mueran dentro del Hospital. Sin embargo es muy gratificante ver los progresos que han tenido estas personas, que han aprendido a cocinar, a limpiar, a bañarse, a hacer una huerta. Es muy motivador”.
“Lo que queremos mostrar es la idea de que el hospital no es un lugar para vivir; es un lugar para atender la salud. El lugar para vivir es una vivienda digna. Muchos de los usuarios que tienen mayor capacidad de comprender esto empiezan a pedirnos la posibilidad de vivir afuera. A partir de ese pedido se hace un trabajo de selección y se arma un equipo de cuatro o cinco compañeros que puedan solventarse con su pensión más el auxilio de otros programas de Provincia. En la actualidad tenemos 10 usuarios externados y unos 60 que continúan en el Hospital”.
Por supuesto que la relación con la institución no se corta; sólo se brindan herramientas para que puedan desarrollarse como personas. Estos 10 pacientes externados pueden volver cuando quieran a visitar a sus compañeros o al personal, con quienes han establecido un profundo vínculo afectivo.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas