En la noche del 20 de diciembre, a los 80 años, murió Hugo Alberto González, senador provincial por la Unión Cívica Radical en el período 1983-1989. Se encontraba internado en el Sanatorio Lobos al que fue trasladado desde un geriátrico de esa localidad donde residía debido al deterioro de su salud. Sus restos fueron velados brevemente durante esta mañana y luego cremados.
“La UCR informa con profundo dolor el fallecimiento del correligionario Hugo González. Militante de nuestro partido desde los comienzos de la democracia, integró diferentes comisiones directivas, convencional y senador provincial. Como tal, participó de importantes proyectos que beneficiaron a nuestra comunidad. Se ha ido un radical de ley. Enviamos nuestras condolencias a su esposa e hija, familiares y amigos”, fue el mensaje institucional publicado por la UCR local. Por su parte la intendente Marisa Fassi destacó la trayectoria política del fallecido y decretó 48 horas de duelo comunitario.
Nacido en la ciudad de Buenos Aires el 13 de junio de 1941, desde su juventud fue empleado en la sucursal Cañuelas del Banco Provincia y en otras sucursales de zona sur, además de miembro del directorio.
Saltó a la política en Cañuelas como fundador de Renovación y Cambio junto a Héctor Rivarola y Raúl Raggio. Fue concejal en 1973, durante el mandato inconcluso del intendente justicialista Carlos Durante.
Con el retorno de la democracia ocupó el tercer lugar en la lista de candidatos a senadores por la Tercera Sección Electoral, obteniendo una banca gracias al “Alfonsinazo”.
Hay dos versiones sobre el modo en el que consiguió ese lugar en la lista. Hay quienes sostienen que le pidieron que fuera concejal en los primeros puestos debido a la buena imagen que tenía en Cañuelas, pero que él pidió ocupar un cargo de “relleno” en la lista de senadores y ayudar al radicalismo desde ese lugar testimonial, convencido de que no ingresaría.
Otros, en cambio, aseguran que en plena campaña para las elecciones de 1983 Raúl Raggio llegó una noche con su clásico portafolios al comité de Av. Libertad y Belgrano y restregándose las manos dio la noticia de que había conseguido “el tercer senador” para Cañuelas. Un grupo de radicales se trasladó enseguida hasta la casa de González para ofrecerle el puesto, que al principio rechazó advirtiendo que había otros mejores que él para representar al Partido.
Lo cierto es en que cerca de la medianoche del 30 de octubre de 1983, cuando los radicales de Cañuelas celebraban el triunfo abrumador de Alfonsín, Alejandro Armendáriz y Jorge Domínguez, a alguien se le ocurrió preguntar por la suerte de González y entonces se dieron cuenta de que habían ingresado los cuatro senadores de la UCR.
A lo largo de su mandato fue un soporte fundamental del intendente Domínguez, gestionando innumerables obras para el distrito. Fue el artífice de la obtención de fondos para la Guardería San Marcos, la ampliación del Hogar de Ancianos San José, el jardín de infantes del barrio Buen Pastor, el barrio Fonavi y el nuevo edificio de la Escuela 27.
Trajo obras de cloacas y asfalto y su aporte fue clave para lograr la conexión de Cañuelas a la red de gas natural, proyecto estancado que se había iniciado durante el gobierno de facto.
En el año 2000 fue designado miembro de la Comisión Provincial de Identidad Bonaerense, un grupo de 12 legisladores de mandato cumplido que tuvieron la misión de entronizar la nueva bandera bonaerense en todos los distritos de la Provincia. A lo largo de más de un año recorrió el territorio junto a Héctor Scavuzzo, Oscar Sala, Elbio Arandia, Gustavo Moccero, Hugo Marinucci, Silvino Cifuentes, Juan Manuel García Blanco, Liliana Jensen, Alberto González, Roberto Maldonado y Augusto Spinoza.
Antes de asumir el cargo de senador se desempeñaba como empleado bancario en la zona de Lanús y aprovechando sus viajes diarios en el ferrocarril Roca solía pasar por una fábrica de ropa deportiva, trayendo pedidos para Tito Garzón y la zapatería Etcheguía. Esa fábrica pertenecía a tres dirigentes radicales muy amigos del cañuelense Raúl Raggio y fue allí, en la calle Liniers, a una cuadra de la estación de Temperley, donde González conoció a Raúl Alfonsín en los años ´70. Desde entonces tuvieron un trato bastante cercano, que se hizo mucho más estrecho a partir de su rol de legislador. También fue muy amigo de Osvaldo Arrupe (cercano al ex Presidente) y de Juan Manuel Casella.
Un incidente familiar, la muerte de su hijo, lo alejó por completo de la vida pública y le provocó una profunda depresión de la que no pudo recuperarse jamás. Su ausencia era el tema recurrente al que volvía en las mesas de café con los escasos amigos de la política que aún lo frecuentaban.
De bajo perfil y vida austera, vivió hasta sus últimos años en su casa de siempre, en la calle Sarmiento. Así lo recuerda Raúl Arévalo: “Fue un hombre muy sencillo y cortés. Fue el impulsor de Renovación y Cambio en Cañuelas junto a Nino Rivarola y por eso lo conocí. Cuando me casé siendo secretario del Concejo Deliberante me regaló los pasajes para la luna de miel en Bariloche y después siempre estuvimos en contacto. Hasta hace poco tiempo iba religiosamente a la Municipalidad a pagar las tasas y siempre pasaba por mi escritorio a saludarme. Si estaba ocupado, se sentaba, esperaba a que me desocupara y se después se acercaba”.
Ezequiel Rizzi, secretario de gobierno del municipio durante los primeros años de González como senador, también guarda el mejor concepto de él. “Una gran persona cuya característica sobresaliete era el perfil bajo tanto en la política como en la vida. Tuvo la suerte de ingresar en una legislatura que se iniciaba. Algo que pocos conocen es que llevó a muchos chicos de Cañuelas que pudieron trabajar en la legislatura y gracias a eso hacer una carrera universitaria y recibirse. Acompañó mucho a Jorge Domínguez, yo fui testigo y puedo asegurar que todas las audiencias, todas las reuniones que tuvo Domínguez en La Plata las gestionó el senador González”.
Guillermo Pérez, otro correligionario en infinidad de contiendas, lo recordó como todos, como “un buen tipo”. “Era un hombre al que quería todo el mundo, sin estridencias, de esos a los que no les gusta salir en la foto. Trajo muchísimas obras a Cañuelas, hizo muchísimo durante la gestión de Jorge Domínguez y siempre sin figurar. Para dar una idea, cuando le fueron a ofrecer el cargo de senador lo primero que respondió fue ´No, muchachos, hay mucha gente mejor que yo´, una respuesta impensada en un político de hoy”.
Germán Hergenrether
Escrito por: Germán Hergenrether