08 de enero. Cañuelas, Argentina.

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La casta no se mancha

El gobierno ya es casta, pacta con la casta y nutre su elenco de la casta. Escribe: Carlos Laborde.

Se reconocen importantes logros puntuales del gobierno actual, en particular baja de los índices de inflación y pobreza, y control de la calle; pero se advierten signos de cesarismo en el poder y de sumisión en sus seguidores que alertan sobre la instalación de un populismo de derecha tan nocivo para lo institucional como los ya conocidos populismos de izquierda. 

Agrava el análisis la aparición de situaciones oscuras en la conducta de algunas figuras del gobierno que no eran esperables durante la presidencia de un autopercibido profeta bíblico y algunas designaciones que no condicen con el discurso de honestidad que, salpicado de improperios y groserías, prometió a la ciudadanía. 

Las buenas medidas del gobierno —bienvenidas sean— deben canalizarse a través de las vías constitucionales y no menoscabar los principios básicos del estado moderno de bienestar: libertad, democracia, solidaridad, institucionalidad y república. Y por encima de todo, integridad moral, entendiendo a ésta como el respeto por los principios y valores apreciables y reconocidos en una época por la población. Un país gobernado por inmorales no tiene destino.

No son pocos los condenados o procesados en el perokirchnerismo, empezando por la ex presidenta, sus antiguos ministros, gobernadores, funcionarios, colaboradores, secretarios, mantenidas, barraganas y hasta cocineras del poder; alcanzan varias decenas. Han tenido, en conjunto, la eficacia depredatoria de una peste medieval. 

Cuando aún no se aplacaron las miasmas del affaire Insaurralde —gran capitán del Mediterráneo, con su compañera Sofía y el gallardo bergantín Bandido—, ni se pudo digerir el “chocolate” espeso de la legislatura bonaerense (ahora camino a la domiciliaria), y se avizora el procesamiento del ex presidente Fernández (¿se acuerdan de Alberto?) por la travesura de los seguros; el peronismo nos entrega otra pieza para la colección, el senador Kuider, aunque advierte que sus linduras deben compartirse con La Libertad Avanza. Fue detenido en Paraguay y llevado a proceso por contrabando de moneda extranjera, junto con su secretaria y compañera de viaje. En el caso doscientos mil dólares; no sabemos qué pudo haber transportado en sus anteriores cinco viajes donde no sufrió la pericia aduanera. Ocurrió al ingresar desde Brasil donde por albur demoníaco la autoridad paraguaya decidió un exhaustivo control sobre el auto del senador con el resultado conocido. (Algunos mal pensados se preguntan cómo en un lugar tan permisivo como Ciudad del Este ocurren estas cosas). 

Paralelamente la jueza federal Arroyo Salgado dictó en pedido de prisión y de extradición contra el referido Kuider. Una muesca más para el trajinado pedigrí kirchnerista. Esta noticia, por común, no debería haber tenido mayor trascendencia, pero la tuvo, porque afectó no a uno sino a dos sectores del espectro político: el kirchnerismo y el mileísmo, que juegan con la caída figura del legislador a la mancha venenosa. Ambos quieren desligarse de Kuider, como de un apestado contagioso. 

El legislador proviene de Entre Ríos, donde militó en el peronismo y ocupó diversos cargos, y donde también cosechó dos causas penales en curso, por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Entró al Congreso Nacional en la lista kirchnerista durante el gobierno de Fernández, pero este año rompió con Unión por la Patria y formó un bloque independiente con una senadora cordobesa y un senador correntino. Y aquí viene lo que en dramaturgia se llama conflicto: se alineó con Milei y votó a su favor la Ley Bases y lo que siguió. Estaría vinculado con el joven Rasputín asesor del presidente. Abandonó a sus compañeros peronistas que lo habían llevado a la banca, pese a sus ya oscuros antecedentes. Y estas cosas a la Vda. de Kirchner no se le hacen. De inmediato ordenó promover su expulsión del senado por inhabilidad moral (parece un chiste porque lo pidió Cristina) para aprovechar que la suplente es una kirchnerista de pura cepa y recuperar ese voto escapado de Unión por la Patria. Al senador viajero le apareció un impensado adalid, Javier Milei, con una idea ingeniosa: estaba de acuerdo con echar a Kuider, en la medida que también echaran a los otros senadores procesados que están ocupando bancas. Jaque a la reina: los procesados que ocupan bancas son todos peronistas de Unión por la Patria. 

La publicidad que tomó este senador nos hace recordar algo que pasó desapercibido en la catarata de designaciones y despidos que presenciamos: el propio gobierno de Milei consideró a Kuider potable para presidir la Comisión Bicameral de Inteligencia, justo para el control de la SIDE, que había sido premiada con la entrega de cien mil millones de pesos para gastos reservados y no logró la aprobación del Congreso; y ante el fracaso de este intento, por competencias internas, fue designado presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales. 

¿Somos una república bananera donde se puede designar a un doblemente procesado y ahora contrabandista de divisas como presidente de Asuntos Constitucionales? El gobierno lo hizo. Dan ganas de llorar. Pero nada es casual, porque esa Comisión se vincula con el tema Lijo, que parece ser de capital importancia para el presidente, aunque todavía no sabemos por qué, pues hasta el momento esa postulación no le trajo más que descrédito. ¿Qué interés oculto hay detrás de Lijo para soportar el repudio social de esa designación?

En la sesión especial para expulsar a Kuider del senado, la moción kirchnerista triunfó y la banca del excretado y el voto volverán al perokirchnerismo por asunción de la suplente, persona íntima de Cristina Kirchner. Gran fracaso del gobierno en la defensa del voto (prestado-comprado) del procesado Kuider.

En fin, ya lo dijo Enrique Santos Discépolo: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor / ignorante, sabio, chorro / generoso o estafador…”
 

Cristianismo, judaísmo e islamismo


Antes de continuar, una aclaración: Nadie debe dudar de que quien suscribe está definitivamente en contra del terrorismo islámico, en cualquiera de sus formas, y que reconoce al Estado de Israel el derecho a defender su existencia y a tomar las medidas bélicas suficientes para acabar con incursiones tales como la del 7 de octubre de 2023, día en que los bárbaros no se contentaron sólo con masacrar a civiles indefensos sino que, además, torturaron, violaron, secuestraron, y quemaron a hombres, mujeres, niños y bebés. Puntualizarlo es al efecto de que no se confunda el comentario que sigue con cualquier alineamiento con la épica del terrorismo.

Dicho esto, la Televisión Pública programaba los domingos por la mañana espacios para los tres monoteísmos predominantes: cristianismo, judaísmo e islamismo. Pues bien, la audición de la comunidad musulmana ha sido cancelada por el gobierno sin que se conozca motivo alguno. Solo aclaran que se trata de una “reprogramación”, sin otra noticia hasta ahora. El Centro Islámico de la República Argentina emitió un comunicado denunciando discriminación, censura e islamofobia.

¿Necesitaba Milei esta medida? ¿Es por mero servilismo con las potencias con las que se alinea o es un concepto ideológico? De cualquier forma, pensado desde las ideas liberales, un acto repudiable. Nuestro país proclama la libertad de cultos, la Constitución la consagra, el programa no excede su contenido cultural y religioso, no promociona el terrorismo. No luce feliz esta cancelación incausada, mientras judíos y cristianos siguen saliendo al aire.
 

Aguante el aguantadero


El proyecto de ley de ficha limpia contenía un solo artículo dispositivo excluyendo de la legislatura a todos los condenados en dos instancias por delitos de corrupción. Claro, concreto, sin dudas de interpretación posibles. Esta idea no es nueva, no está —como se declama— dirigida a la proscripción de Cristina Kirchner, rea convicta de corrupción en perjuicio del Estado condenada en doble instancia, aunque la pueda afectar. 

El tema está en estudio desde el año 2006. La medida tiende a que el Poder Legislativo de la Nación no se convierta en un aguantadero de delincuentes, como ya lo hemos visto. Además, la Constitución Nacional requiere para los cargos públicos el requisito de la idoneidad, y es absurdo pretender que un delincuente sea idóneo para legislar sobre los destinos de un país. 

El proyecto de ley llegó al recinto pero no obtuvo quórum. Se insistió y nuevamente no hubo quórum, aún menos que antes. El perokirchnerismo ausente sin aviso, es lógico con los antecedentes penales que carga su elenco. Hay otros partidos dispersos que también regatearon la concurrencia de sus legisladores, sería bueno saber por qué; pero el ojo conviene ponerlo en La Libertad Avanza, cuyos diputados no dieron quórum. 

En principio, haciendo historia, en el discurso que hizo Milei en la plaza el 1° de marzo, dando espalda al Congreso de la Nación, afirmó categóricamente que promovería la ficha limpia. Pues bien, ¿qué pasó entonces para que sus legisladores hicieran caer el proyecto que tenía estado legislativo?

No hace falta ser demasiado sagaz para tener una respuesta. El gobierno ya es casta y pacta con la casta y nutre su elenco de la casta. Si se sancionaba el proyecto de ficha limpia la condenada y multiprocesada Cristina Kirchner quedaba fuera de la competencia electoral. Esta exclusión rompería el esquema de confrontación blanco-negro que el presidente tiene pensado como estrategia para los próximos comicios a fin de absorber los votos del PRO y de parte de la UCR, como ocurrió en el balotaje, por el temor de la ciudadanía al regreso de los muertos vivos, que pese a todo aún atesoran el 30% de adhesión. Posición difícil la de Milei, por la contradicción entre lo que dice y lo que hace. Si quiere hacer “política”, que la haga, pero entonces que no se presente en sociedad como la casta Susana. 

Cerrado el año parlamentario, la decisión del partido gobernante está tomada, la ley de ficha limpia ha caído, seguiremos con parlamentos sucios. Hubo un último acto fallido y grotesco. La designación del abogado Alejandro Fargosi para que intente “mejorar” del proyecto de la diputada Silvia Lospennato. El jurista intentó hilvanar vanas ideas sobre una mejora para evitar la remota eventualidad de que se generaran causas falsas, con condenas en ambas instancias, que menoscabaran la posibilidad de un ciudadano de obtener su diputación. Me tocó ver un programa de televisión donde tres periodistas de categoría aniquilaron los confusos argumentos del letrado que nunca, por su prestigio, debería haberse colocado en esa posición de tratar de explicar lo inexplicable. Se buscó gatopardismo o camuflaje, y la única pretensión de “mejora” que ofrecía el gobierno era la postergación sine die de la ley de ficha limpia. 

El implacable perseguidor de la casta, a la que adorna con esas linduras y groserías con que gusta referirse el presidente a sus adversarios, claudicó por el mero interés político-partidario de fortalecerse (o de creer fortalecerse) polarizando con Cristina en las próximas elecciones. Otra vez en la Argentina, los principios de los gobernantes quedan en el arcón de los recuerdos. ¿Necesita ahora el presidente ayuntarse con Cristina Kirchner? ¿O será que la motosierra se quedó sin nafta o que le falta piolín? 

Agregamos los más recientes escándalos (no dan tregua): la sultanesca fiesta del fiscal Ramiro González y sus destacados invitados (Lijo, Servini, Angelici, Lorenzetti,… Todos revolcaos en un merengue…); los antecedentes de elusión fiscal y bienes ultramarinos del recientemente designado jefe de la DGI, Sr. Andrés Vázquez (además, en otra causa, el juez Ariel Lijo —challenger de Milei para la Corte Suprema— lo sobreseyó en 2022, sin profundizar la investigación, de no declarar cuentas en dólares en el exterior); los bienes gananciales que se han descubierto fuera del país de la esposa del diputado del PRO Cristian Pucho (apodo cariñoso, ¿por amigo de las tabacaleras?) Ritondo; la propiedad en Miami que eludió declarar el director del ARCA, Juan Alberto Pazo, recién designado por Milei; el ministro de Kicillof Jorge D’Onofrio, investigado por corrupción en la verificación técnica vehicular y el sistema provincial de fotomultas; el escándalo de los guardapolvos blancos y las cooperativas de Grabois, que involucra a la ex ministra Victoria Tolosa Paz y al gobierno de Kicillof. En fin, de seguir agotaría la tinta. 

Sin un mínimo de moral en su clase dirigente no hay país que sobreviva. Pero no olvidemos que si están es porque fueron votados. Culpa concurrente.

Cerrando con Discépolo: ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón!...El que no llora no mama y el que no afana es un gil. Filosofía criolla. Nos faltaría invitar al Viejo Vizcacha.

Escrito por: Carlos Laborde