9 de Mayo de 2019: se cumplen diez años de la partida del Dr. Carlos Alberto Mayo, estimadísimo profesor y amigo; y sin lugar a dudas el mayor americanista que hayamos conocido en nuestra era.
Los recuerdos que uno guarda del entrañable Carlos son innumerables, tanto en la faz académica como en la humana y cotidiana. Como aquella recordada y amena visita a Cañuelas, con otros profesionales, con motivo de determinar el sitio exacto donde se encontraba la Guardia del Juncal, allá por el año 2003.
El Dr. Carlos Mayo, Académico de Número de la Academia Nacional de la Historia, era poseedor de un espíritu gentil – aunque eso sí – exigente y riguroso en el aula. Tenía la humildad de los genios y el carisma y virtud de los grandes científicos. Solía decir que el historiador es el dueño de la vida del pasado; y que a su vez, el historiador debía ser escritor, literato; tenía que tener gracia al escribir, ser gramaticalmente correcto y suficientemente ameno para interesarle al lector, sin dejar de ser un científico.
Con Carlos muchos de nosotros, graduados en la UNLP, aprendimos a ser historiadores, a pensar como historiadores, a escrutar las fuentes buscando el “Qué más” de cada hecho.
También nos enseñó a mirar y pensar en una historia total; en una historia que es universal o no es – como indicara Eric Hobsbawm –. Nos enseñó a pensar en un mundo colonial que tenía muchas más cosas para decir¿ y muchas más situaciones que mostrar, como aquella “Humanidad sobrante, esa plebe andrajosa, despreocupada y alegre que pululaba por aquel Buenos Aires de mediados del siglo XVII”, idea que tomo de Halperín Donghi, pero que adquiría singular relevancia en su pluma.
Carlos A. Mayo, Profesor de historia graduado en la UNLP en 1973, Licenciado y Magister por la Rutgers University de New Jersey. En 1982 se doctoró en nuestra Universidad de La Plata, con aquella memorable Tesis dirigida por otro grande: Don Enrique Mariano Barba, sobre “El convento hospital de Santa Catalina y su patrimonio económico 1747-1810”.
A los pocos años volvió a doctorarse, esta vez en la prestigiosa Universidad de Berkeley, California. “Doctor dos veces Doctor” por si había alguna duda; en aquella oportunidad dirigido nada más y nada menos que por James Lochart.
Instalado en Argentina definitivamente, comienza un exitoso camino como docente en la UNLP, donde por más de veinte años será titular de la Cátedra de Historia Americana Colonial.
Historiador de fuste, incansable investigador, bueno y leal amigo, así era el recordado “Gordo Mayo”. Jamás hizo alarde de sus clases magistrales en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Nadie conocía como él la estructura social y política de los Iroqueses del Canadá Francés; nadie como él para explicar el desarrollo socioeconómico en el Chesapeake o el interesante pasado de la nación Cherokee. Pero tampoco nadie como él para analizar los usos y costumbres rioplatenses en el corredor fronterizo porteño.
Gracias Dr. Carlos Mayo por todo lo que nos dejó como enseñanza.
Lic. Gustavo Recalt
UNLP – Museo y Archivo Histórico
Municipalidad de Cañuelas
Escrito por: Lic. Gustavo Recalt