La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes en la infancia. Se estima que ocho de cada 1000 niños en el mundo la padecen. Con frecuencia, los adultos con epilepsia tienen su primera convulsión cuando son niños o adolescentes. La doctora Valeria Caracoche, médica neuróloga especializada en epilepsia infantil del Hospital Cuenca Alta “Néstor Kirchner”, destacó la importancia del diagnóstico y tratamiento oportuno para evitar el impacto negativo en el cerebro del niño en desarrollo.
A lo largo de la vida, del 0.5 al 1% de los niños como los adolescentes presentarán al menos una crisis epiléptica y hasta el 5% tendrán una crisis asociada a fiebre. La epilepsia infantil es una enfermedad crónica fruto de la descarga eléctrica anormal de las neuronas en la corteza cerebral. En general, son de carácter benigno, transitorio y reversible. Un 70% de ellas, aproximadamente, se controlan o curan con fármacos.
“Para su diagnóstico –indicó Caracoche responsable del flamante consultorio de Epilepsia Pediátrica del HCANK– es fundamental el correcto interrogatorio y el examen físico por parte de un neurólogo especializado junto con la ayuda de métodos complementarios, siendo el más importante el electroencefalograma (EEG), estudio que registra la actividad cerebral, sumado a otros diagnósticos de imágenes, evaluación del lenguaje y, en ciertos casos, análisis de sangre específicos”.
La epilepsia en la infancia se diferencia de la adultez, no sólo en las manifestaciones clínicas, sino también en la presencia de patrones específicos en el EEG, la respuesta a los medicamentos anticonvulsivantes y las causas que la generan.
La neuróloga detalló que “en los recién nacidos lo más frecuente es la epilepsia secundaria a patologías congénitas o adquiridas al momento del nacimiento, como por ejemplo encefalopatías por falta de oxígeno, enfermedades del metabolismo, o secuelas de una infección como, por ejemplo, una meningitis”.
En la niñez, preadolescencia o adolescencia, “las causas suelen ser de tipo genético o secundarias a malformaciones cerebrales, y en algunos casos las crisis desaparecen antes de la edad adulta”.
En cuanto a los síntomas frecuentes la profesional mencionó el retraso en el lenguaje y de las pautas madurativas, movimientos involuntarios, de una parte o de todo el cuerpo. Muchas veces el diagnóstico de epilepsia se vuelve dificultoso, ya sea porque el paciente no sabe o no puede explicar lo que le sucede, o porque los síntomas que presenta no son fáciles de identificar para el ojo no experto.
“En estos casos –agregó– es fundamental la realización de un video-electroencefalograma, estudio que registra la actividad cerebral y las manifestaciones clínicas del paciente, posibilitándonos un diagnóstico diferencial entre crisis epilépticas y eventos no epilépticos, y de esta forma evitar el uso irracional de la medicación”.
La especialista finalmente enfatizó que “la enfermedad no sólo presenta dificultades secundarias a las crisis epilépticas, sino también acarrea alteraciones en el desarrollo, la adquisición del lenguaje y la socialización, por lo que el diagnóstico y tratamiento temprano, es fundamental para evitar el impacto negativo en el cerebro del niño y la niña en desarrollo. El tratamiento es farmacológico y en casos especiales que no responden a fármacos podrá evaluarse la cirugía en epilepsia”.
Para consultas con el consultorio de Epilepsia Pediátrica del HCANK, se debe solicitar turno con derivación de médico de cabecera a través de la Central Interactiva de Comunicación con el Usuario (CICU) a los teléfonos 011 5273 4700, Whatsapp (2226) 557446 / (2226) 628250.
Egresada de la Facultad de Medicina de la UBA, Caracoche también integra los equipos profesionales de la Clínica Modelo de Morón, el Centro Médico Trinidad Barrio Norte, el sanatorio Sagrado Corazón y el Hospital Italiano de Buenos Aires. Es miembro de LACE (Liga Argentina Contra la Epilepsia).
Escrito por: Redacción InfoCañuelas