El Concejo Deliberante debatirá la definición de un nombre para el apeadero ferroviario que se construye frente al Hospital Regional de Cañuelas.
El Departamento Ejecutivo acaba de proponer que la posta ferroviaria se llame “Hospital Cuenca Alta Néstor Kirchner” (el mismo nombre del centro de salud), en tanto que el bloque de Juntos impulsa el nombre “Dr. José María Penna” (1855-1919) en homenaje a uno de los primeros médicos que ejerció en Cañuelas, impulsor de la epidemiología en América Latina.
Las propuestas, en cierto modo antagónicas, auguran un agitado debate legislativo.
Una vez aprobado el nombre definitivo, la Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE) deberá oficializar el nombre mediante su inclusión en la nomenclatura ferroviaria.
En la fundamentación de la propuesta del Ejecutivo, firmada por la intendente Marisa Fassi y la secretaria de Gobierno Valeria Ríos, se indica que “resulta lógico identificar el apeadero en construcción con la denominación que lleva el Hospital al cual se pretende servir con una parada”.
Asimismo, sostiene que se debe “valorar y rememorar lo que significó el ex presidente Néstor Kirchner en la implementación de políticas públicas que tuvieron a la obra pública como directriz de respuesta a la demanda de los ciudadanos”.
El proyecto de Juntos, impulsado por la concejal Natalia Blasco, propone designar el apeadero con el nombre “Dr. José María Penna”, médico argentino que tras recibirse, en 1879, se radicó en Cañuelas, en una casa de la calle Av. Libertad al 300 con el objetivo de ejercer como médico rural. En 1881 fue nombrado presidente del Consejo Escolar y en 1882 presidente de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos de Cañuelas.
En la faz profesional, fue un eminente sanitarista, epidemiólogo e investigador argentino, impulsor de la cremación cadavérica y de las primeras leyes nacionales de higiene, profilaxis y salubridad pública.
En 1882 quedó a cargo de la Casa de Aislamiento (hoy Hospital Muñiz) donde trabajó durante más de 30 años en el control epidemiológico de distintas epidemias, como la viruela, cólera y fiebre amarilla.
En su testamento pidió ser cremado y que sus restos quedaran “en un modesto ataúd de pino, semejante a esos que en los anfiteatros hemos visto conteniendo seres anónimos”. Siguiendo su deseo, fue cremado en el Crematorio del Cementerio de la Chacarita que propuso crear.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas